Hoy, en el intento de esperar, una voz se a apoderado de mi cabeza y ha decidido incitarme a hablarte y a dejar de soñarte. Le he hecho caso, y joder, no sabes lo que te echaba de menos, lo que echaba de menos hablar como amigos, echaba de menos saber de ti, saber que escribes y escribes y sigues escribiendo, saber que sigues luchando por tus sueños.
Al terminar de hablar la misma voz se a apoderado de nuevo de mi cabeza y me ha recordado porque decidí realmente no esperar mas, y el motivo fue que me canse, que no me quedaban fuerzas, que me fallaban las ganas y que mi cabeza estaba rozando la locura. Decidí que si a lo mejor dejaba de esperarte y me concentraba muy fuerte en que de verdad pasara podría olvidarme de todo lo que un día me hubiese gustado llegar a ser y que nunca fuimos, porque el destino no quiso, porque no eras tu quien tenia que llegar a mi vida para que todo dejara de ser negro o gris como tu decías.
Pero la niña de mi interior esa a la que le encantaba dormir con alguno de tus cuentos, a la que a pesar de que ninguno tuviera un final de película seguía creyendo con cada uno, que las princesas existen y los príncipes también, esa niña que un día creyó ser una superheroina pero que cuando decidiste dejar de escribirle se dio cuenta de que le faltaban las alas, esa justo esa que algún día viste o por lo menos dijiste ver, ha vuelto y me ha dicho que te echa de menos, que no le gusta la trinchera que le puse alrededor de castillo para que no te oyera, para que no te leyera, incluso para que no viera mas allá de que los dragones también existen, para que no viera que un día se me hizo el corazón añicos al verte reír con ella. Y finalmente con esa rabia que la caracteriza y esa cabezoneria ha ganado la batalla y aquí estoy de nuevo escribiéndote otra vez algo que nunca vas a leer, algo de lo que me avergüenzo tanto que nunca dejaría que llegara a tus manos.
Muy buenas noches caballero andante.
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