Seguidores

miércoles, 20 de marzo de 2019

Igual..

Igual fue la maldita sensación de que tu siempre fuiste por delante de mi. Creo que realmente era al contrario, al fin de cuentas salia perdiendo siempre. Sabiendo que hicieras lo que hicieras yo siempre iba a estar ahí. aparecías y desaparecías cuando te venia en gana, y yo seguía ahí, esperando como penelope en la estación. volvías a hablarme de esa manera que hacia que aunque estuviera lejos volviera a ti una y otra vez. Supongo que por esa razón siempre quería un poco mas. Por tu manera de hacerme temblar con solo oír tu voz, bueno a quien quiero engañar con solo escuchar tu respiración. Por querer estar cerca de ti las 24 horas del día. Por todo eso quería mas.
Igual fueron todas esas promesas vacías que nunca llegamos a cumplir, quizás tu forma de volver cuando ya no te esperaba, o por lo menos no te esperaba tanto, cuando veías que me alejaba un poco de ti, para que volviera a no poder escapar durante un tiempo de tu puto imán.
Quizás tuve que alejarme yo e intentar cerrar cualquier puerta o ventana que quedara abierta, pero siempre quedaba algún hueco para que te colaras por el
Quizás gracias a que llevas mucho tiempo sin intentar entrar me he dado cuenta de que no quieres volver a buscarme.
Y aun así en el fondo siempre me queda la esperanza de que vuelvas, de que algún día te des cuenta de que queda un hueco para entrar y quieras colarte otra vez.
Mi cabeza intenta convencerme de que si vuelves sera tarde, ya no quedara ni el mas mínimo resquicio de algo que no llego nunca a ser nada, algo que no ha estado no se puede quedar. Pero se que no.
Quizás lo que pasa es que me enamore, y te quise como se quieren los niños.
Quizás....
Te quise de verdad.

martes, 12 de marzo de 2019

Tu.

Aquí estas otra vez, no entiendo como después de tanto tiempo has vuelto a mi memoria como si solamente hubieran pasado unos días desde la ultima vez que hablamos, y cuando digo hablar me refiero a hablar bien como buenos amigos y no como ahora que hablamos como dos conocidos que tienen recuerdos en común, y seamos sinceros, en nuestro caso esos recuerdos o por lo menos la gran mayoría de ellos no son buenos.
Te he visto ¿te acuerdas cuando me bombardeaste el móvil poniendo esa frase al menos 30 veces en menos de un minuto? Ahora te lo digo yo, te he visto, y he visto tus ojos cansados, y he visto tu expresión fría como el hielo, también he visto como me miran tus ojos con ese desdén y casi diciéndome que no me acerque y que si lo hago que no me quede mucho rato cerca de ti, pero como siempre he hecho caso omiso a ello y también he visto la tristeza en ellos, y por un segundo creí haber visto a ese niño que conocí que no le temía a nada pero que se escondía de todo, a ese niño que una vez me confeso que le daba envidia lo mimada que era, a ese que un día me dijo que no quería saber nada de mi lleno de rabia, y al final de todo te he visto a ti, al hombre que eres hoy y me siento orgullosa de ello.
Por un segundo y volviendo a mirarme a mi reconozco esa sensación cuando te veo, y como si estuviera otra vez volviendo atrás en el tiempo y siento que soy una niña, inocente, inexperta y llena de miedos y de inseguridades, vuelvo a ser esa que sonreía si la mirabas y se ponía nerviosa con el simple hecho de tenerte al cerca, y no, no es porque siga sintiendo nada por ti. Por un segundo vuelvo a ser yo y me sorprendo de estar temblando mientras te escucho hablar a lo lejos, me sorprendo haciendo un sobre esfuerzo por no acercarme como me lo pide el cuerpo, porque ¿a quien quiero engañar? eres un puto imán eso no va a cambiar en la vida señorito.
Estoy releyendo un libro que leí justo cuando hicimos las paces por décima octava vez en nuestra vida (si, también recuerdo que lo nuestro es vivir peleados y que nos soportamos lo que viene siendo bien poco) cuando lo leí por primera vez dolió, joder, dolió mucho, me recordaba a ti cada palabra y cada frase, cada intervención de su protagonista principal, (eres igual de capullo que el ¿sabes?) Ahora que lo estoy volviendo a leer y disfrutando sus paginas vuelve a doler, pero ya no de la misma forma, ya no duele porque me recuerde a ti.
Creo que llevo toda la vida huyendo de ti, huyendo de esa relación insana que hemos tenido siempre y que a ninguno de los dos nos ha beneficiado nunca pero es que siento que tienes algo que aunque no quiera, aunque luche por evitarlo hace que quiera estar cerca de ti por insignificante que sea el por que.
Un día te hice una promesa, si algún día me necesitas llámame, no importa si no nos hablamos, la hora que sea o donde este, yo siempre voy a estar para ti con una mano firme para ayudarte. Como buenos amigos, como en los viejos tiempos.

domingo, 10 de marzo de 2019

Lo que realmente siento por ti

Algo de ti y de tu forma de ver la vida me llamaba, creo que empezaste a despertar sensaciones que creí olvidadas hace tiempo y eso… me hizo bien. Me hacia bien tu mirada, tu forma de acercarte, tu decisión y esa pasión con la que hablas y debo aceptar que empezaste a gustarme mucho más de lo que estoy dispuesta a admitir.

No creas, es que conmigo nada es fácil, me complico. Soy muy drama queen, intenseo muchas veces y la mayoría del tiempo hablo sin parar y casi nunca sé realmente que decir. Me ilusiono, a veces creo que vivo más en mis novelas que en la realidad; me apasiono en niveles extraordinarios y entrego todo sin pensar demasiado lo que pueda pasar. Y yo no sé si puedes lidiar con eso.
Lo siento, vivo mi ying y mi yang de forma total. Soy de esas mujeres que pintan millones de estrellas en el cielo y escriben cartas de amor, de esas que demuestran todo en acciones y detalles, de las que llaman sólo porque si, se desviven en un abrazo y dan el alma en cada beso.
Es cierto, he perdido practica, he saltado de un amor a otro porque mi corazón de condominio me pide ser enamoradiza. Contigo no es así, me estoy dando tiempo pero ¿qué hago si mis emociones se confunden todas cada vez que te ven, te piensan o te escuchan? Es mi eterna montaña rusa, mi gusto por complicarme y mi miedo de no aceptar que quiero quererte.
Hoy sólo sé que disfrutaba de tu compañía, que provocas mi sonrisa, que provocas torbellinos en mi interior. Que moria cuando te tenia cerca, que haces que salga mi risa nerviosa y me cosquille el cuerpo porque quiero que me sostengas en tus brazos, que me rodees y no me dejes ir.
No sé, me gustas, tanto que podría dejarte todos las gominolas de la bolsa, que podría dejarte ganar en las discusiones; me gustas tanto que empiezo a pensar que no es sano.