Seguidores

jueves, 5 de noviembre de 2015

Dueles

Dueles más que ayer, y casi seguro menos que mañana pero te prometo que algún día dejarás de doler y solo serás otra cicatriz en mi cuerpo, otro tatuaje sin tinta que lleva tu nombre.
Dueles en cada intento de respirar, dueles en cada latido, dueles en cada lagrima, dueles en cada mirada triste y en cada sonrisa fingida.
Dueles al despertar, dueles más que nunca a la hora de ir a dormir, incluso dueles en sueños.
Dueles al escribir, duele que cada palabra escrita vaya dirigida a ti y ya no pueda enseñarte lo que escribo y luego me abraces como si de verdad sintieses lo mismo que yo.
Me duele la verdad, me matan tus mentiras.
Jugaste tanto conmigo que me convertí en una perfecta muñeca, en un títere esperando el movimiento de tus manos para actuar, pero, sabes bien que hasta los juguetes más caros terminan rompiéndose de tanto jugar con ellos y a mí me partiste por la mitad con la primera puñalada.
Dueles los lunes, destrozas los domingos por la noche, y me haces falta toda la semana,
Pero el amor desgraciadamente es cosa de dos y aquí solo hay una mitad que siente y otra que se deja querer.
Una mitad destrozada de tantos palos, pero que aun que ama a la otra mitad más que a su vida, una mitad que muere cada vez que tus palabras no son las adecuadas, una mitad a la que estas destrozando poco a poco, y lo peor de todo, una mitad que se dejaría destrozar mil veces por ti.
Una mitad que no imagina un día lejos de tus brazos, y que desgraciadamente no tiene ninguna intención de olvidarte.
Una mitad que sabe que le estás haciendo daño pero prefiere joderse la vida contigo a morir sin ti.
Es cierto que dueles, que si no acabo con esto dolerás mucho más tiempo. Pero a veces, solo a veces, cuando decides dejar de doler tu sonrisa lo recompone todo, devuelve cada mitad a su sitio y coses todas mis heridas solo con mirarme.
Si,
Dueles…
Pero jamás el dolor había tenido una sonrisa tan bonita.
Mundos Divididos.

De repente todo cambia...

¿Nunca os habéis enamorado de una sonrisa, unos ojos e incluso una mirada? 
¿Creéis en el amor a primera vista?
¿En los cuentos?
Un día llega alguien a tu vida y le da un giro de 360º, todo cambia, y tu también cambias con todo. Todo es tan bonito, tan especial, en ese tiempo piensas que nada es imposible... pero si que hay cosas imposibles. Un buen día te despiertas y todo a cambiado, el ya no es el mismo, tu también has cambiado, todo ha cambiado, ese chico que parecía el amor de tu vida, el que parecía tu príncipe azul ha cambiado por completo. Pasan los días y las conversaciones se vuelven mas cortas, cada día que pasa habláis menos, hasta que llega el día en el que ya no habláis, en el que parece que sois desconocidos de nuevo, una charla cortes cada mes o un hola cada dos semanas, conversaciones que terminan después del famoso ¿como vas?. Es muy triste ver como alguien tan especial en tu vida, que a alguien que se había ganado todo tu cariño en tan poco tiempo ya no le interesa en lo mas mínimo hablar contigo, y lo pasas mal, y lloras, pero llega el día en el que te das cuenta que tantas lágrimas no merecen la pena, que todas las veces que esa persona que te dijo que el mundo necesitaba tu sonrisa llevaba razón. Te das cuenta de que volverás a ilusionarte, llegaras a querer en otros brazos y besar otros labios, a lo mejor no hoy, ni mañana, pero podrás.

Te ofrezco...

Bueno hoy lo que os traigo no es mio, lo he leído y me ha gustado tanto que os lo tenia que poner, así que aquí va!!
Te ofrezco que te quedes conmigo, en casa, tirados en pijama y mesa de camilla para el tiempo que en breve viene, ver la tele, dormir o hablar, arreglando el mundo a nuestro ritmo como excusa para terminar con un cónclave de besos. Te ofrezco olor a café recién hecho los domingos por la mañana, o si quieres, firmamos una cláusula y olerá así todos los días de tu vida. Te propongo abrir las ventanas cuando llueva, para cuando entre la humedad disfrutes del olor a tierra mojada; o no, mejor aún, salimos a la terraza y mojarnos de esa lluvia, que lo de ”carpe diem”, ha quedado más como frase para tatuaje, y poca gente lleva lo lleva a cabo. Te ofrezco noches de compás, de baile y de whyski, de impaciencia al esperar un taxi, y disfrutar de una hamburguesa mientras llega.
Te ofrezco mi camisa del día anterior para que desayunes con ella sin nada debajo, con un moño recogido y el rimel corrido. Prometo pequeños grandes detalles, llevarte agua helada a la cama por la mañana cuando nos despertemos con resaca, tardes de ”gordo”, comiendo paquetitos de patata, doritos, chocolate y demás grasas saturadas. Te ofrezco leerte en braille, sonrisas por palés, algún que otro mal rato sabiendo que lo que viene después, va a ser como volver a conocer tu geometría una y otra vez. Te prometo besos, pero no besos cualquiera, no como los que se dan las parejas por costumbre al verse que es como un piquíto sin ganas, yo te ofrezco tempo, temple y nervio en cada uno de los que te de. Te doy la posibilidad también, de un poder que pocos tienen, y que envidio de parejas que conozco, el mirarse y saber exactamente lo que pasa por tu cabeza en ese momento, para bien o para mal, porque en los tiempos que nos han tocado, ya no se respetan ni la miradas y las que hay escasean. Te ofrezco ponerte el mundo cuesta abajo, para que todo te venga rodado; cien primaveras, cien veranos, cien otoños y cien inviernos, y los que no nos den tiempo de vivir, nos lo vamos imaginando por el camino. Así que tu precúpate de sonreír, que de provocarte las sonrisas ya me encargo yo…
Francisco Bonilla Lozano. –